Imagínatelo. Estás denunciando públicamente el atropello sufrido por un amigo: «…Y le acusaron de decir “Estoy dispuesto a matar a Fulanito de Tal”, cosa que me consta que jamás dijo…» Entonces, alguien llama a la policía: «El orador ha dicho: “Estoy dispuesto a matar a Fulanito de Tal”». Llegan unos agentes, te detienen, te entregan a un juez y finalmente este dicta auto de prisión incondicional por haber dicho “Estoy dispuesto a matar a Fulanito de Tal”. ¿Injusto? Absolutamente. ¿Absurdo? Del todo. ¿Inverosímil? Por desgracia no, ya que en esencia esto es lo que les ocurrió la semana pasada a unos titiriteros del carnaval madrileño.
Hay que volver a este asunto –en segundo plano desde que recibieran la libertad condicional tras cinco días en prisión–, pues el caso no ha concluido ni parece que se esté resolviendo de manera justa. Algo muy alarmante por tratarse de una brutal conculcación de derechos elementales que no ha sido percibida así por gran parte de la sociedad.
En su auto, de embarullada (¿apresurada?) redacción, el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno Chamarro afirma que «los hechos, a tenor de los cuales se produce la exhibición de un cartel, con la leyenda “Gora Alka-ETA”, constituyen un delito de Terrorismo [sic]».
Estos días se ha insistido mucho en la aberración que supone juzgar así una obra de ficción. Pero una ficción puede incluir elementos objetivamente dañinos, intolerables e incluso ilegales en un genuino estado de derecho. La clave no está en la ficción sino en la intención, y el problema radica en que el auto no analiza el guion de la obra representada, ni siquiera el contexto inmediato a la “exhibición” de ese cartel. Si se procede a ese análisis, se comprende enseguida que el citado letrero no aparece en el guiñol para alabar a banda terrorista alguna, sino que un títere lo coloca en el cuerpo de otro para sembrar una prueba falsa. Sin ser una historia simple, parece que, una vez analizada, es lo bastante sencilla como para que un juez (?), un ministro del Interior e infinidad de “periodistas” (ejemplo) no tergiversen obscenamente el asunto hablando de “enaltecimiento del terrorismo”.
En suma, “Gora Alka-ETA” sería nada más que una cita, en el sentido de “mención” (ver DRAE). Dicho de otro modo, según el motivo esgrimido por el juez Moreno, yo mismo debería ser encarcelado al usarla aquí; no solo yo, sino antes que yo la legión de “periodistas” que se lanzaron sobre esa carnaza con fines nada periodísticos; ¡e incluso el propio juez, quien cita “Gora Alka-ETA” hasta tres veces en su abominable auto (anti)judicial! (¿Es consciente de que dicho auto habrá llegado a mucha más gente que el número de asistentes al guiñol de marras?).

Con todo esto en mente, ¿es raro que pronto surgiera una iniciativa ciudadana para encausar al juez como prevaricador, o que se presentase ante el Tribunal Supremo una querella contra él y contra la fiscal del caso? Ni siquiera debiera extrañar que una víctima de ETA criticara públicamente el atropello a los titiriteros.
¿Cómo explicar lo ocurrido? No, no cabe achacarlo a un grave error del juez y sus corifeos, ¡tiempo han tenido ya de corregirlo! Creo que son móviles políticos y sociológicos los que ayudan a explicarlo:
- La constante campaña contra Podemos y su entorno (sin parangón ya en la historia de nuestra microdemocracia).
- La evidente consigna del PP de explotar la cuestión terrorista (curiosamente, tanto más cuanto más lejos quedan los crímenes etarras).
- La mentalidad acusadamente guerracivilista aún presente en muchos de nuestros compatriotas (un legado de la tragedia de España).
- La experimentación en control social que, al calor de la “Guerra contra el Terror”, viene produciéndose en Occidente especialmente tras el 11-S, y que permite comprobar cómo grandes capas de la población consienten pasivamente recortes en las libertades ante el fantasma del terrorismo.
También cabría mencionar la tibieza de la alcaldesa de Madrid y el turbio pasado del juez Moreno, pero no creo que eso afecte al fondo del asunto.
24 febrero, 2016 at 2:01 pm
Torreblanca es director en España del European Council of Foreign Relations (think tank que no se parece al siniestro CFR solo en el nombre). La línea del mozo parece puro smart power, así que no es de extrañar que su estilo resulte amable e incluso “guays”.
Se queja Víctor Lapuente de que Podemos acuse a su “adversario ideológico de no querer gobernar para todos”, pero lo hace sobre un marco teórico. ¿Tan difícil es que baje al terreno de los hechos y compruebe para quién vienen gobernando los “neoliberales”, pseudosocialistas y demás servidores de la Elite Global (con su artículo 135, su TTIP, su destrucción del estado del bienestar, su entrega a la OTAN… y demás fechorías contra la mayoría de la población)?
Son parte de la imparable campaña contra la única fuerza alternativa con potencial de cambio. No les veremos defendiendo a los titiriteros (más que en la medida en que eso no favorezca a Podemos y su entorno).
Saludos cordiales.
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24 febrero, 2016 at 5:38 pm
La lógica aplastante de los titiriteros frente al absurdo de los represores empeñados en aplastar sus derechos:
“¿Por qué no se imputó a Carmelo Gómez por decir ‘Gora ETA’ en ‘Días contados’?”
http://www.publico.es/politica/titiriteros-no-imputo-carmelo-gomez.html
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24 febrero, 2016 at 7:06 pm
Es ya esperpéntico .. necesitábamos un nuevo Valle para que nos lo contara..saludos y gracias por el enlace
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24 febrero, 2016 at 8:04 pm
Sí, pero un esperpento real: el absurdo entronizado, sin que (casi) nadie parezca escandalizarse, lo que consagra el camino hacia la arbitrariedad más despótica como forma de gobierno…
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27 febrero, 2016 at 4:45 pm
Totalmente de acuerdo no se si leíste esto..http://www.publico.es/politica/audiencia-madrid-tumba-bases-campana.html .. Tampoco termino de entender como denuncias falsas, que viene orquestadas por algunos medios, no tiene consecuencias jurídicas penales ..
Un cordial saludo y buen fin de semana
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27 febrero, 2016 at 4:58 pm
Sí, Lois, de hecho tenía previsto ponerlo en el hilo sobre Podemos (y luego se me pasó…).
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22 marzo, 2016 at 1:15 pm
Te deje una nota en mi blog Saludos cordiales
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13 abril, 2016 at 3:55 am
Un desafuero como la copa de un pino que demuestra que:
– el juez Ismael Moreno es un matón prevaricador del poder. Lo suyo sería ser un sicario de los paramilitares colombianos.
– el estado de derecho tiene mucho de farsa
– los derechos y libertades de los que tanto presume este régimen sirven para eso, para presumir pero no para defenderlos (excepto el derecho y libertad de los poderosos y pudientes para estafar, mentir y robar)
– Que PSOE, C’s y PP forman una piña en defender estos desafueros
– la debilidad del equipo municipal de Madrid, que se ha cagado de miedo con los desafueros del juez matón y el brunete mediático
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28 junio, 2016 at 6:28 pm
Noticia que a alguno(s) de los que aquí intervinieron debería hacerle(s) reflexionar seriamente (conviene leer el contenido):
Archivan la causa por enaltecimiento del terrorismo contra los titiriteros
http://www.elmundo.es/madrid/2016/06/28/577280fdca4741f8278b4623.html
Y al juez que los maltrató, ¿también le “archivan la causa”?
¿Y a todos los “periodistas” apesebrados que daban palmas con las orejas…?
¿Y a los que aplaudían en foros y redes sociales, haciéndose cómplices del atropello…?
Pero no encontraréis que la misma prensa que apoyó esa persecución destaque ahora el archivo de la causa.
Siendo así, la sociedad no aprenderá la lección…
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