«Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; fui forastero y me recogisteis…» (Mateo 24: 35).
«Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús» (Gálatas 3: 28).
«Felices vosotros cuando os insulten y os persigan, y cuando digan falsamente de vosotros toda clase de infamias por ser mis discípulos…» (Mat. 5: 11-12).
“¡¿Los de Podemos, cristianos?! ¡Pero si son abortistas, si defienden la ideología de género, si la mayoría son ateos…!”, replicarán los respetables cristianistas para quienes la religión de Jesús no es más que “moral y costumbres”; o que, todo lo más, la confunden con tradiciones patrias y ciertas pautas esperables en los profesos “cristianos” (debidamente aburguesados). Cuestión despachada.
Así llevan mucho tiempo reduciendo una praxis social de máximos, centrada en el amor a los necesitados, a un moralismo de mínimos, tan cómodo para su visión conservadora de la vida. Anteponen unos valores superficiales que de algún modo les dan seguridad, al evangélico servicio a los demás hasta las últimas consecuencias (ver también). Y se han llegado a creer que rasgarse las vestiduras por el “asalto” a una capilla o por los desfiles del “orgullo gay” es una actitud más cristiana que tratar de parar un desahucio o defender la sanidad pública de verdad.
La realidad, a poco críticos que seamos, se ajusta muy poco a esos esquemas tan reactivos y reaccionarios. Un mínimo conocimiento de las bases del cristianismo nos recuerda su defensa radical del igualitarismo, de la dignidad de la mujer, de los desfavorecidos, de la paz y la laicidad, de la transparencia y la responsabilidad moral, de la sonrisa frente al odio, de la fraternidad…
Por otra parte, no es raro que llamar “cristiano” a Podemos también pueda chocar, con razón, incluso a mentes instruidas. El propio nombre de la formación (“Podemos”) y su lema típico (“¡Sí se puede!”) evocan una ética humanista, muy alejada de la del Maestro (ver también). Pero no hay que olvidar que el cristianismo bíblico, a la vez que nos invita a la perfección moral, exalta el valor de la propia conciencia, sea o no creyente quien la alberga. [Es justamente en la lucha, tan necesaria, por esa perfección moral como descubrimos que necesitamos algo más, seamos o no cristianos.]
Sin duda, no cabe llamar a Podemos, ni a sus principales portavoces, cristianos en sentido estricto; ni a su praxis, ni al conjunto de su filosofía (entre otros rasgos, abusan del “Somos los mejores”, lo que choca con las más elementales apelaciones cristianas a la humildad; incurren en un irreflexivo papismo de facto; etc.). Pero lo cierto es que tanto este partido-movimiento como su entorno (PAH, 15M, IU, mareas, marchas por la dignidad…) llevan años dejando en evidencia a los que se llaman “cristianos” mientras permiten que su prójimo, especialmente el débil, agonice a su lado, sin hacer otra cosa, en el mejor de los casos, que darle alguna limosna sobrante. Si ante esa situación alguien pregunta “¿Dónde están los cristianos?”, no queda más remedio que señalar la defección de quienes así se autoproclaman (nos autoproclamamos), y/o, más positivamente, apuntar en dirección al entorno de Podemos, con todos sus defectos.
Por eso, si te sientes cristiano de verdad, de los que anhelan seguir a Jesús de Nazaret, no consientas que te engañen los que no quieren que en este país nunca cambie nada esencial. Y mucho menos, que lo hagan en nombre de Cristo.
18 junio, 2016 at 5:27 pm
No soy creyente, pero creo en los creyentes. Un ejemplo este artículo. Con más razón que un santo. Enhorabuena.
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18 junio, 2016 at 7:37 pm
Estoy completamente de acuerdo.
Hay personas en la isla de Lesbos rescatando a sirios ( su progimo ) y son ateos o agnósticos. Pero en la práctica están siguiendo los pasos de Jesús ayudando a los demás y dejando en evidencia a algunos cristianos que están en la poltrona.
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18 junio, 2016 at 8:38 pm
Buenas noches,
Hace mucho tiempo, años, creía, tanto que me dolía […] Permitirme, que de alguna manera, haga mías las palabras del primer comentarista; no podría identificarme más con ellas. Y por descontado, con el autor de tanto sentimiento, al que admiro desde (pienso siempre): «se han llegado a creer que rasgarse las vestiduras por el “asalto” a una capilla o por los desfiles del “orgullo gay” es una actitud más cristiana que tratar de parar un desahucio o defender la sanidad pública de verdad».
No importan las siglas, si el propio cosmos nos separa y coloca a cada una de nosotras en lugares opuestos, si yo veo blanco y la otra negro […] Importa ser buena persona, — disculpas por mi ‘reducción’…
Abrazos, mil. Gracias, muchísimas gracias.
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18 junio, 2016 at 9:03 pm
Gracias a los tres, casualmente (?) al menos dos no creyentes, lo cual de algún modo viene a confirmar la tesis de la reflexión de cabecera. En ella, además, se incluía una referencia a un pasaje del apóstol Pablo sobre el valor de actuar en conciencia, sean las que sean las creencias o posturas ideológicas de cada cual (ver Romanos 2:11-16). Saludos fraternales.
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19 junio, 2016 at 8:31 am
Hay muchisimos cristianos que estan ayudando (y de forma personal) a la gente en el mundo, dentro de la Iglesias católica o las evangelicas, y ademas no apoyan ni el aborto, ni financian las fiestas del orgullo gay, ni asaltan iglesias desnudos,.. quizas esos sean mejores que los partidos pseudo comunistas (que en el pasado han asesinado a miles de cristianos) y son ateos… aunque sean humanistas, y que ademas aun no han demostrado gobernando que haran de verdad… excepto IU que ya ha demostrado co-gobernar con un Psoe de Zapatero y la Andalucia corrupta del los ERES, etc…
O sea, ¿no estaremos politizando el cristianismo?, y olvidando a los miles y miles de cristianos que ayudan y son buenos cristianos sin montar partidos de ‘costumbres y formas’ muy discutibles?.
¿No seran los politicos los ‘falsos profetas’ de losq ue nos avisa el Evangelio?
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19 junio, 2016 at 2:24 pm
No, RB, no creo que sean los “falsos profetas” de los que habla Jesús (ver Mateo 7: 15-20) porque el contexto es ahí claramente religioso (lee el capítulo entero).
Es cierto que hay cristianos que ayudan a los demás. El artículo no niega eso. Habla del plano político (público, colectivo, relacionado con el poder…). No es nuestro propósito juzgar a nadie, y menos condenar (prerrogativa exclusivamente divina), pero sí nos parece evidente que el grueso del cristianismo se ha aburguesado y no lucha decididamente por los más desfavorecidos cuando eso implica enfrentarse con el poder político, y de modo más concreto con el sistema capitalista. Se escuda para ello, al igual que en parte haces tú, en el tabú de la política (“politizar el cristianismo está mal”, dicen al igual que tú). [Quizá por formar parte de una iglesia cristiana, sabemos de lo que hablamos, y también del creciente descontento frente a esa mentalidad burguesa secularmente instalada en la cristiandad.]
Aludes a Podemos y compañía (llamándolos “pseudo comunistas” y acusándolos de “asesinar a miles de cristianos”) y señalas que “aún no han demostrado gobernando qué harán de verdad”, como si eso solo se pudiera demostrar gobernando. La PAH lleva años luchando, lo mismo el SAT, y las Marchas por la Dignidad, y las mareas, y mucha gente del 15M… Todos ellos del entorno de lo que, de dos años y pico a esta parte, se conoce como Podemos. Movimientos solidarios que, en muchos casos, se la han jugado por sus semejantes (mientras el grueso de los autoproclamados cristianos parecían –parecíamos– limitarnos a mirar…). ¡Claro que se puede hacer política, y política cristiana, sin necesidad de gobernar!
Por otra parte, aunque a Podemos se le puede y se le debe criticar (faltaría más…), no es justo hacerlo dando por supuesto que debería guiarse por esquemas estrictamente cristianos. Como seguidor de Cristo que intento ser, no puedo juzgar los actos de quienes no parecen declararse seguidores suyos como si lo fueran. Una mínima empatía me permitirá comprender, por ejemplo, que ellos no tienen la misma moral sexual que yo, ni le confieren a la vida el mismo sentido de trascendencia que yo le atribuyo (lo cual no me impide seguir rechazando el aborto que ellos defienden). Lo más importante, a mi modesto entender, es que actúen en conciencia y que lo hagan, además, en lo más nuclear del cristianismo: la defensa de los más desfavorecidos. Por eso arriba recordábamos que el evangelio exalta el valor de la propia conciencia, sea o no creyente quien la alberga (y enlazábamos esta frase con una cita del apóstol Pablo que se encuentra en Romanos 2: 10-16). En la medida en que personas no autodeclaradas cristianas hacen por su prójimo lo que yo no hago ni llamándome cristiano, tales personas me dan un ejemplo que me interpela…
Tu opinión es valiosa aquí porque representa la postura cristianista, muy respetable, pero que es justamente la que en el artículo se cuestiona.
En todo caso, gracias por ella.
Saludos fraternales.
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20 junio, 2016 at 5:34 pm
Solo un comentario:
Dices Cordura: «lo más nuclear del cristianismo: la defensa de los más desfavorecidos», no es asi, lo más nuclear es ‘amar la projimo’, sea rico o pobre, no hay clases en el cristianismo.
Hoy a veces confundimos el marxismo con el cristianismo… el amor al projimo es global, no clasista. Hay que ayudar a quien lo necesita, a veces no es un tema economico. Y hay tantos malvados entre los ricos como entre los pobres.
Por lo demas me gustaria que gobernase Podemos, etc… total, peor que los actuales no lo haran, y si lo hacen pues lo veremos. El antecedente de Syriza es mas bien lamentable, pero mas lo es de lamentable el PP y Psoe.
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20 junio, 2016 at 6:02 pm
Desde mi punto de vista, resulta imprescindible la constante reflexión en cuanto a lo que decimos creer y lo que hacemos en nuestro día a día. Me preocupa profundamente definirme como cristiano. No me atrevo a aplicarme el adjetivo sin cierto rubor, porque entiendo que hay quienes lo hacen tomando el nombre de Dios en vano, y porque hay quienes espantados por un falso cristianismo no quieren ni arrimarse a él, y aún así dan lecciones de amor al prójimo que ya querría poder darlas yo. No hay un solo partido político, que yo conozca, que satisfaga un nivel cristiano tal y como entiendo el cristianismo. Pero desde luego que valoraré más a los que hacen que a los que dicen. Si hay quienes se aproximan a manifestar un amor al prójimo como a sí mismos, aun sin ser cristianos, seguro que no me quitarán el ejercer, si es que soy capaz de ello, el amor a Dios sobre todas las cosas. En ese lado es en el que me pondré.
Cordura, tu reflexión se ha colado en la mía y te agradezco que la hayas compartido.
Gracias
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20 junio, 2016 at 7:08 pm
RB:
Ciertamente, no debemos leer la Biblia con ojos marxistas (yo no soy marxista, por cierto), ¡pero tampoco antimarxistas! Dejemos los prejuicios a un lado…
Si lo hacemos, comprobaremos que, por supuesto, la salvación se ofrece a toda persona sin distinción (ver p. ej. Juan 3: 16 o Mateo 27: 57-58, entre muchos otros textos), pero también el énfasis de Jesús y los mensajeros de Dios en:
1. El peligro de las riquezas (Mat. 6: 24; Mar. 10: 23; Santiago 5; etc.).
2. La defensa de los más desfavorecidos como prueba del amor, que es el meollo del cristianismo (Mat. 25: 31-46; Lucas 4: 18-19; Isaías 58: 5-12; Sant. 5: 1-6; etc., etc., pues también hay múltiples disposiciones a favor de los pobres en Éxodo, Levítico y Deuteronomio, así como muchos versículos de Salmos y Proverbios…).
Ciertamente, se habla de todo tipo de desfavorecidos, pero con especial atención a los materiales y sociales, que son, precisamente, los que mejor podrían ser atendidos desde un enfoque político justo y solidario.
Así que, RB, yo lamento si tú, o yo, quisiéramos que las cosas fueran de otro modo, pero, al menos en la Escritura, son como son. Insisto: dejemos los prejuicios a un lado (marxistas o antimarxistas…).
Xenopus:
Permíteme decir que suscribo cada frase, ¡cada letra!, de tu comentario. Modestamente, creo que ese es el espíritu que la Palabra nos invita a tener (ver p. ej. Mateo 5: 3ss; 23: 2-3; etc.). En particular quiero citar esa frase en la que dices: “Si hay quienes se aproximan a manifestar un amor al prójimo como a sí mismos, aun sin ser cristianos, seguro que no me quitarán el ejercer, si es que soy capaz de ello, el amor a Dios sobre todas las cosas.” (En mi caso, el ejemplo de ellos más bien me estimula hacia ese amor y me alienta a ejercerlo).
Saludos fraternales.
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23 junio, 2016 at 11:42 am
Estaria bastante de acuerdo con la idea de que los ricos normalmente hacen mas daño, como lo harian muchos de los necesitados si tuvieran medios y dinero… la gente con menos dinero hace el mal en la misma proporcion de número pero de otras formas, a su nivel… es menos visible.
Total: el cristianismo es contrario a toda clasificacion por clases economicas o raciales en lo que respecta a la etica y moral, o sea a la salvacion y el juicio final.
La idea de defender a un necesitado por algo injusto o malvado es una barbaridad clasista de origen marxista, no cristiano.
No veo a Podemos y demas capaces de juzgar por lo justo, sin tener en cuenta el clasismo marxista.
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23 junio, 2016 at 12:01 pm
Insisto, RB: la Biblia no es marxista (más bien el marxismo se inspira, parcialmente, en ella), pero tampoco antimarxista. Supongo que me entiendes: tan prejuicioso es hacer un tipo de lectura como otro.
Nos guste o no, así es. Podemos afirmar lo que queramos, pero ella es clara…
Evidentemente, sus páginas dejan bien claro que todos somos pecadores (ver p. ej. Romanos 3: 10-18). Y, como ya comenté, la salvación se ofrece a todos: ricos y pobres. Es cierto que no hay el menor clasismo en la Escritura. Como no hay racismo, claro, ni modalidad alguna de xenofobia (“Dios no hace acepción de personas”, leemos a menudo en ella).
Ahora bien, el Señor conoce el corazón humano y sabe que, dado nuestro egoísmo intrínseco, cuanto más dinero y poder tenemos, más peligrosos podemos ser para nuestros congéneres… ¡y para nosotros mismos!. Y más difícil tenemos el acceso a la vida eterna: “Otra vez os digo que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios” (Mateo 19: 24). El rico, además de su pecado, tiene un obstáculo más que el pobre para acceder a la salvación: sus riquezas, que tantas veces les esclavizan…
¡Venzamos, RB, la tentación de hacer una Biblia a nuestra medida!
Si realmente creemos en (y a) Dios, no instrumentalizaremos sus enseñanzas, sino que seremos instrumentos suyos.
[Por lo demás, se notan tus prejuicios sobre Podemos (que es un partido alejado del típico dogmatismo marxista).]
Un saludo fraternal.
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27 junio, 2016 at 1:50 pm
Excelente .. es como un claro manifiesto , de ensayo además sobre la tolerancia
Personalmente, me siento muy representado con algunos de los primeros comentarios y algún otro como con las matizaciones de Cordura. , como no creyente si creó en los creyentes .aun que sea más agnóstico que ateo , y ateo a veces sobre todo cuando veo el rabino( cura) pasar por delante del desgraciado sin pararse a ayudarle … Leyendo el texto y sus enlaces lo primero que veo , es el contraste entre las enseñanzas de Jesús , que di solas ya provocan la indignación entre ellas y lo que fue la institución desde que s e hizo religión del Imperio , por ese camino solo es repetición de lo mismo , , ya sabemos que aparecieron en Italia como demócratas cristianos en el siglo XX , bajo la cobertura de la doctrina social de la Iglesia y del papado ,frente al auge del socialismo , convirtiéndose además en los partidos populares .., nada que ver con aquellas comunidades de donde surgió y se expandió. Y poco con la humildad y la piedad sino con la soberbia del ángel caído ..
Un partido cristiano es repetir lo mismo, Podemos tiene voto católico , si , pero como otros de izquierda a derecha…En todo caso si que debía admirar y apoyar el Evangelio frente a casta eclesiástica ,pero fuera de ahí a admirar al papado va un largo trecho, el papado sufre las consecuencias de los mismos de la guerra fría y de su anticomunismo y veo aun por ahí un comentario que aun está colgado de ello , y demasiado tiempo hacia esa dirección que encima permitió su corrupción masiva en manso de sus propias sectas internas .y `perder en Sudamérica y otros lugares el puesto ante los avances de los cristianos protestantes … mientras los papas machacaban a los suyos , no solo a los teólogos de la liberación en que este papa contra ellos fue bien activista pro papista , por eso que ahora los ande beatificando es como enterrar al que ya no les es peligroso.
No en vano incluso para dar otra cara distinta de las sectas, tuvieron que recurrir a la vieja compañía de la contrarreforma y se llama Francisco pero no franciscano de la regla de S, Benito. Sino de lo mismo de la doctrina social de la iglesia , por eso vuelve salir entre asociaciones católicas lo del partido cristiano que no están con el PP o dentro de las sectas de el .
Las democracias cristianos como tales en España han sido un fracaso precisamente por el peso del catolicismo total interno, como ya dijo JJ .Linz hace tiempo , antes de la Republica y en la transición terminaron absorbidos por el PP .
Seria conveniente enviarle a Pablo esto por si se entera y deje de ir apañando todo. Ya se vio ayer .
Un cordial saludo
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27 junio, 2016 at 2:10 pm
Y Pablo podía haber repetido y citado , tan amigo de las citas la de Juan XXXIII » si fuera más joven a la iglesia le daria la vuelta al revés y luego acordarse del padre Llanos.. o la que hacía un viejo amigo, matemático , cuando veia aun jesuita .. ¿ ah pero los jesuitas son cristianos?.. eso que tenia un hermano jesuita que se lo decía igual y una hermana monja en Filipinas, el si lo era …incluso repartía lo que le sobraba de sueldo..de su trabajo.
Salud.
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27 junio, 2016 at 2:49 pm
Lo excelente es comprobar que personas no creyentes sean capaces de entender tan bien a un creyente… y viceversa (ojalá).
Porque eso, estimado Lois, contribuye a poner en cuestión la idea (extrabíblica y antibíblica) tan extendida entre la cristiandad de que un no creyente no puede ser una persona ética y la de que, “por supuesto”, no se puede salvar. Y desde el punto de vista del agnóstico, creo que resultará de lo más positivo saber que puede compartir luchas con los creyentes. Y que en “consanguinidad de espíritu”, como dijera Proust, estamos mucho más cerca de lo que podría pensarse por nuestras diferencias de pensamiento…
Sobre Podemos (y su entorno), ahora habrá que volver a escribir. Lo de ayer, que algunos nos temíamos, abre muchos interrogantes de la mayor enjundia. Tal vez tengamos alguna modesta aportación que ofrecer, esperando que nuevamente en la sección de comentarios nos veamos recompensados con tanta sabiduría ajena.
Un abrazo fraternal.
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30 junio, 2016 at 6:38 am
Sin duda que el partido político “Podemos”, ahora “Unidos Podemos” aglutina entre su ideología algunos puntos coincidentes con el cristianismo bíblico, como por ejemplo:
• Un interés hacia el cuidado de nuestro planeta: fomentando las energías renovables no contaminantes.
• Un énfasis en el respeto de los derechos humanos.
• Un mayor soporte económico en las prestaciones sociales, buscando favorecer a los más desamparados en una sociedad “desarrollada” como la nuestra.
No obstante, desde mi punto de vista, no sería acertado identificar este partido (aun a sabiendas de sus similitudes con la praxis cristiana –en ciertos puntos de su ideología–) como a un partido cristiano, aunque a veces ellos sean “más cristianos” (en su proyección social) que los propios cristianos ¡¡qué paradoja!!
Pero como muy bien mencionas, cordura, “Podemos” es en esencia un partido humanista, cuyos postulados y máximas están desvinculados del Mesías bíblico, quienes más bien exaltan la vanidad humana.
Qué decir del otro partido nuevo como es “Ciudadanos”, ¿acaso no contempla entre su ideología puntos coincidentes con el cristianismo bíblico? Veamos algún ejemplo:
47. Diseñaremos políticas para promover la igualdad real y efectiva en todos los ámbitos e instituciones. Igualdad básica pero real con independencia de su sexo, creencias y lugar de residencia.
52. Incluiremos una nueva sección de Derechos Sociales en la Constitución. Daremos máximo grado de protección y garantías al derecho a la salud; el derecho a los servicios sociales; el derecho a la vivienda; el derecho y deber de protección ambiental; los derechos de los consumidores y usuarios; el derecho de acceso, en condiciones de igualdad, al disfrute de los servicios públicos y a los servicios económicos de interés general; y el derecho a la buena administración.
Pueden parecer puntos pocos concretos pero de igual manera (que “Podemos”) contemplan una visión que aboga también por enfatizar en algunos de los derechos humanos, y en ese cuidado hacia nuestro planeta, mediante la aprobación de determinadas medidas.
De la misma manera, no podemos llamar “cristiano” a un partido por el simple hecho de que en su programa venga contemplado un tipo de iniciativas que están enfocadas y dirigidas (por ejemplo) en la preocupación por nuestros prójimos y por nuestro planeta, ambas ellas, identificativas con el mensaje evangélico; no por ello, exclusivas de éste. Ahora bien, sí podríamos concluir que unos partidos son más cristianos que otros por su modo de proceder y por su manera de actuar: “Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los cardos?” (Mateo 7:16).
Sin embargo, el Cristianismo trasciende y debe trascender toda equiparación con lo político y lo humano, por mucha similitud que pueda mostrar con aquel. Ya lo dijo Jesús: “—Mi reino no es de este mundo —contestó Jesús—. Si lo fuera, mis propios siervos pelearían para impedir que los judíos me arrestaran. Pero mi reino no es de este mundo”. (Juan 18:36)
En cualquier caso –y a modo de reflexión final– es triste descubrir (–una vez más–) como los ciudadanos no queremos que haya una auténtica regeneración política en este país; hemos tenido dos elecciones muy seguidas, y en ambas ha habido similares resultados: donde los partidos viejos y más corruptos han seguido obteniendo más votos que aquellos nuevos que aún no han demostrado nada, porque no han tenido la oportunidad de gobernar en el gobierno de la nación. Esto nos debería hacer pensar, ¿acaso nos hemos acostumbrado a los partidos políticos viciados y preponderantes que han inyectado un efecto narcotizador en nuestras mentes? prefiriendo “lo malo conocido a lo bueno por conocer”. O es que ¿tenemos un espíritu poco reflexivo y crítico?
Muchos anhelamos un cambio que insufle un nuevo rumbo más ilusionante y “esperanzador”, que pueda traer aire fresco (en este país) a una situación en la que ellos se conviertan en auténticos servidores públicos, garantes de todos nuestros derechos, y dispuestos a transformar este modelo político caduco en el que nos encontramos, comenzando por llevar a cabo las reformas necesarias a nivel constitucional que todavía ninguno se ha atrevido a realizar.
Miedo ¿a qué?; si no funcionan, es tan fácil como no volver a votarles. Y es que uno prefiere lo bueno por conocer y desecha lo malo conocido, porque son muchos años malos.
Saludos fraternales.
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30 junio, 2016 at 8:38 am
Muchas gracias por tu positiva aportación, ISRAEL.
Algunas observaciones para profundizar en el asunto o, si ha lugar, para seguir el diálogo:
–El artículo de cabecera se refería, claro, a temas de interés colectivo (políticos) y, sobre todo, a los que tienen que ver con la justicia social. Pero es que esta, en la medida en que entraña amor por los más necesitados, coincide con la esencia del cristianismo (ver Mateo 25: 31ss).
–Ciudadanos dice muchas cosas que pueden sonar parecido a las que sostiene Podemos. La diferencia es que en sus filas no hay destacados activistas que lleven años luchando contra las consecuencias de la “crisis” (más bien, defensores de los ricachos que la provocaron, como Garicano y otros), ni tampoco defienden los derechos de todos (y en particular de los más desfavorecidos) con la vehemencia con que lo hace Podemos. Nada raro, habida cuenta de a quién sirven realmente (recordemos que es al Ibex35 y que fueron proyectados a nivel nacional a raíz de que un banquero reclamase “un Podemos de derechas”). Así pues, cabe constatar que Ciudadanos puede defender, con la boca pequeña, ciertos derechos sociales (sin mucho énfasis p. ej. en el derecho al trabajo, contra el que incluso defiende el “contrato único”), pero en la práctica no lucha por ellos como lo hace por los típicos objetivos capitalistas y “neoliberales”, en obvia contradicción con tales derechos.
–Creo que Juan 18: 36 hay que leerlo en su contexto inmediato y mediato. A lo que se refiere Jesús es a que no va a recurrir a la fuerza para liberarse de quienes le juzgan injustamente y torturan. Modestamente, pienso que no debe concluirse, aunque muchas veces se haga así, que la declaración de ese versículo reclama que no nos mezclemos con el asuntos del mundo, especialmente políticos. Con “Mi reino no es de este mundo”, lo que nos dice el Maestro es que sus valores (los valores del Reino) no coinciden con los valores del mundo (más bien, se oponen radicalmente a estos). Pero eso no impide que no se puedan aplicar en este mundo, ¡todo lo contrario! (ver Juan 17: 15-17; Mateo 28: 19-20; etc.). De hecho, la misión del cristianismo, además de anunciar la victoria final de Cristo, no era y no es otra que la de cambiar el mundo mediante el testimonio que transforma los corazones (Mat. 13: 31-33; Hechos 2: 43-47; 4: 32-37). Y basta darse un “paseo” por los Evangelios para comprobar cuánto se mezclaba el propio Jesús con el mundo, cuestiones políticas (sobre “la Ley”) incluidas.
–En cuanto a las reformas constitucionales que necesita este país, parece evidente que las dos alas del monopartido (o “bipartito”, como lo llama Anguita) no han procedido a efectuarlas por la sencilla razón de que no les interesan (p. ej., están muy a gusto con un sistema electoral que les regala tantos escaños sin necesidad de una proporcionalidad en votos; y al PP, el choque con los nacionalistas catalanes y vascos les da muchos votos –aunque sea al precio de alimentar el independentismo–, así que tampoco cabe esperar de ellos un cambio constitucional que realmente resuelva ese problema).
–Volviendo al tema principal de nuestro hilo, el propósito principal con el que lo abrí, además del de conectar con los no creyentes, era el de recordarnos a los cristianos que si nosotros incumplimos (total o parcialmente) nuestra misión en favor de los más débiles, no deberíamos sorprendernos de que otros, no cristianos, lo hagan en nuestro lugar (por supuesto, a su manera, pero no por ello sin actuar en conciencia), y mucho menos deberíamos indignarnos contra los que así nos dejan en evidencia, enfatizando que no son cristianos (todo lo cual lo digo en general, sabiendo que, por supuesto, lo que rechazo no está ni en el tono ni en el contenido de tu valiosa intervención).
Un abrazo fraternal.
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